La exposición La amistad infinita, comisariada por Glòria Bosch y Susanna Portell, es un homenaje necesario a dos nombres propios y a la amistad infinita que crece, día a día, entre el escultor-pedagogo Ángel Ferrant (1891-1961) y el dinamizador cultural Xavier Vidal de Llobatera (1894-1963). La correspondencia entre ambos personajes, entre los meses de noviembre de 1946 y junio de 1961, traza el discurso expositivo de esta muestra enriquecida con una sucesión de amistades y de complicidades culturales junto a actitudes y proyectos que son –en palabras de Ferrant– fruto de “la más repulsiva estética y de la más típica intriga oficial”.
Después de casi sesenta años de...