La obra de Carles Gabarró (Barcelona, 1956) se inicia en los años ochenta del siglo pasado y se desarrolla durante cuatro décadas, de forma ininterrumpida, hasta hoy. Destacamos su apuesta decidida por una pintura matérica, una iconografía propia caracterizada por la repetición, casi obsesiva, de temas, objetos y composiciones. Además, la mutación constante de los distintos motivos, en una suerte de transformación multiforme de los mismos objetos, parece ser el pasaje hacia otra cosa que nunca acaba de materializarse. El cuadro navega también entre los recursos retóricos de la figuración y la contundencia expresiva y sugerente de la abstracción, una navegación que no...