Las fotografías de Jordi Esteva (Barcelona, 1951) son fotos del ahora mismo, pero de otro lugar. Cuestionan la supremacía de la cultura occidental y desplazan el eje hacia otros puntos del planeta que para nosotros pertenecen a mundos de leyenda, pero que para su autor son lugares en los que ha vivido, y así los ha fotografiado.
Optar por la contemplación de ese mundo lento y antiguo, a punto de desaparecer, ha sido la corazonada que permitió el crecimiento de una obra densa, profunda y singular, sin gemelo, sin tribu, en el panorama de la fotografía española. La obra de Jordi Esteva es libre porque solo obedece a la tenue voz interior que lo acompaña desde la...